ANEXO, SINÓNIMO DE TORTURA Y MUERTE
noviembre 13, 2023La distancia entre la Ciudad de México y Nueva York es de 4 mil 321 kilómetros. A lo largo de dos décadas, José Luis Manzo, de 50 años, originario de Los Reyes, La Paz, Estado de México, recorrió esa distancia una veintena de veces, lo que equivale a dos vueltas al mundo.
José Luis, carpintero que trabaja en la industria de la construcción, emigró a Nueva York en julio de 1998, unos meses después del nacimiento de Luis Ángel Manzo Irineo, su segundo hijo. El plan, como el de millones de migrantes mexicanos, era sencillo: irse a “al otro lado”, trabajar, ahorrar, enviar dinero y volver a su país.
En el 2000 regresó a México, pero sólo para confirmar que la distancia, el tiempo y su ausencia habían erosionado la relación con Ángela, la madre de sus hijos. Se separó de ella y volvió a los Estados Unidos. Allí conoció a su actual esposa y obtuvo la nacionalidad.
Desde entonces, una vez al año, visitaba a sus hijos, “sus muchachos”, como él los llama, para pasar las vacaciones decembrinas con ellos. Llegaba con cuatro maletas a cuestas y muchos obsequios bajo el brazo.
José Luis tomó una treintena de vuelos en dos décadas. Ante sus ojos, en los últimos años, el espejo verde del Lago de Texcoco fue desapareciendo para mostrar la silueta en forma de “X” del fallido Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM).
Nunca había atravesado el cielo de su país en días nublados. Hasta aquella mañana trágica, cuando recibió una noticia devastadora.
El 30 de julio de 2018, a las 7:00 a.m., le avisaron que Luis Ángel, su hijo de apenas 20 años, “su muchacho”, había fallecido al interior del anexo “Grupo Generación Nezahualcóyotl”. La causa: una neumonía bilateral, según la versión oficial.
En 1998, José Luis se despidió de Luis Ángel, en su primer viaje de ida a los Estados Unidos. A ese bebé de nueve meses de edad le prometió que, a pesar de la distancia, velaría por él.
En 2018, José Luis se despidió de Luis Ángel, en su inesperado viaje de vuelta a México. A ese joven, cuyo semblante apacible lo interpelaba detrás del cristal de un ataúd, le prometió que, a pesar de la distancia, buscaría justicia.
José Luis llegó a Los Reyes, La Paz, en el momento en que velaban el cuerpo de su hijo en la casa de su madre, fallecida hace algunos años, ubicada en la colonia Carlos Hank González.
Nota completa: https://massinformacion.com.mx/2023/11/11/anexo-sinonimo-de-tortura-y-muerte/